Antonio Cánova. Museo del Louvre
Orfeo estaba casado con la ninfa Eurídice(de quien estaba profundamente enamorado). Un triste día, mientras ella trataba de huir de Aristeo, hijo de Apolo, que pretendía poseerla, pisó una serpiente venenosa y murió debido a su mordida. Abatido por la pérdida, Orfeo decidió viajar a los infiernos(de los cuales ningún mortal había regresado jamás) para traer a su esposa de vuelta.
Perséfone, reina del mundo subterráneo, conmovida por su pena, accedió con la única condición de que no mirase a su esposa en el camino de vuelta.Pero, al final de este, Orfeo, tentado por comprobar si su esposa seguía ahí, se giró y la miró. Eurídice se desvaneció y la perdió para siempre. Vivió en pena hasta que murió y por fin pudo reunirse con su amada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario